Manifiestos Vanguardistas
Manifiesto Futurista: Representa la evolución cultural italiana a inicios del siglo XX y muestra como parte de la vanguardia intelectual exalta el mundo tecnológico y maquinizado que empezaba a despuntar.
Primer manifiesto del futurismo (1909):
Filippo tommaso marinetti fue un poeta y editor italiano del
siglo XX que promulgo el manifiesto futurista. En 1909 publicó en el periódico
francés Le Figaro el Manifiesto del Futurismo, y en 1910, en el mismo diario,
el segundo manifiesto. Es de notar que para Marinetti el manifiesto fue un
género literario original; tanto es así que la crítica considera sus
manifiestos entre sus mejores obras. A continuación cito una de sus frases más
celebres de sus manifiestos:
-Nosotros
queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y de la temeridad.
-El valor,
la audacia, la rebelión serán elementos esenciales de nuestra poesía.
Manifiesto Dadaista: Una característica fundamental del dadaismo es la oposición al concepto de razón instaurado por el racionalismo.
Manifiesto Dadá (1918):
Triztan Tzara o Izara es
el seudónimo del poeta y ensayista Samuel Rosenstock, fue uno de los autores
más importantes del movimiento Dadá. El Dadá fue una especie de padre fundador
para gran cantidad de movimientos artísticos, entre ellos el surrealismo y el
estridentismo. En 1918 escribió el Primer manifiesto dadá el cual lo convirtió
en uno de sus principales exponentes.
Manifiesto Surrealista: Este movimiento europeo en sus orígenes se desarrollo en el periodo inestable de entreguerras en el que los intelectuales tratan de comprender la profundidad psíquica del ser humano, los sueños, lo inconsciente.
Primer Manifiesto Surrealista(1924): André Breton fue un escritor, poeta, ensayista y teórico del Surrealismo,
reconocido como el fundador y principal exponente de este movimiento artístico.
En 1924 escribió el Primer Manifiesto del surrealismo. Fragmento del manifiesto:
Tanta fe se tiene en la vida, en la vida en su aspecto más precario, en la vida real, naturalmente, que la fe acaba por desaparecer. El hombre, soñador sin remedio, al sentirse de día en día más descontento de su sino, examina con dolor los objetos que le han enseñado a utilizar, y que ha obtenido al través de su indiferencia o de su interés, casi siempre al través de su interés, ya que ha consentido someterse al trabajo o, por lo menos no se ha negado a aprovechar las oportunidades...